En el camino hacia el empleo, solemos poner el foco en lo que “se ve”: los títulos que hemos conseguido, los años de experiencia acumulados, los logros tangibles que podemos mostrar en un currículum o en una entrevista. Y aunque todo eso cuenta, a veces olvidamos algo esencial: el valor personal no se mide solo por lo que hacemos ni por lo que tenemos, sino por lo que somos.
Con el programa Activa-T Extremadura de Inserta Empleo, creemos firmemente en esta idea. La defendemos con pasión porque sabemos que reconocer el propio valor es el primer paso para construir un proyecto vital y profesional sólido. Esta convicción ha sido el pilar que ha guiado el trabajo de la formación previa a los Encuentros de Empleo.
Volver a conectarse con la certeza de que valgo por el simple hecho de ser es, sin duda, uno de los momentos más potentes del proceso. En un mundo que nos empuja a “demostrar” constantemente, detenerse a mirar hacia adentro, sin exigencias ni juicios, es un acto de valentía.
Exploramos conceptos clave como la autoestima, el autoconcepto y la “autocreencia”, desmontando mitos en el camino. Entendiendo que tener una autoestima sana no significa creerse superior ni esconder nuestras debilidades. Es, más bien, un acto de reconciliación con uno mismo: reconocer con cariño nuestras luces y nuestras sombras, respetarnos profundamente y confiar en nuestra capacidad de afrontar la vida con dignidad. Este proceso no es solo teórico: lo vivimos en la piel, a través de dinámicas pensadas para fomentar la introspección, el autocuidado y el reconocimiento mutuo.
“Hoy me acepto tal cual soy”.
Esa aceptación no es el final del camino, sino el comienzo. Porque cuando una persona se acepta, se respeta y se cuida, empieza a construir desde un lugar de confianza interna. Y
ese es el mejor punto de partida para cualquier proyecto de vida, personal o profesional.
Con este proyecto, seguimos comprometidos con crear espacios seguros, cálidos y respetuosos donde crecer desde dentro sea posible. Donde la autoestima no sea una meta lejana, sino una herramienta real, accesible y transformadora. Porque cuando alguien se valora de verdad, el cambio no solo es posible, es inevitable.